Una Vida Mejor

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Por JetBoy

Una historia en la que he estado trabajando poco a poco durante unos años, basada en un fragmento de ficción erótica que encontré en algún lugar. ¡Disfrutenla!

Brenda Simmons tropezó al entrar en su apartamento, buscando a tientas a lo largo de la pared junto a la puerta en busca del interruptor de la luz. Estaba ebria y de mal humor.

Ella se sobresaltó cuando se encendieron las luces. Con una mano temblorosa sobre sus ojos, Brenda se tambaleó hacia la cocina y se sirvió una copa del quinto de vodka barato que estaba al lado del refrigerador, luego se dejó caer contra la encimera con un suspiro.

Tuvo que rogar por un aventón con un viejo gordo, que solo accedió si ella llenaba su tanque de gasolina. Genial, otros treinta dólares en la tarjeta de crédito que apenas podía permitirse. Al menos no me obligó a hacerle sexo oral, se dijo a sí misma, estremeciéndose ante la idea.

Al mirar hacia abajo, Brenda descubrió una mancha de Bloody Mary en su blusa. ¡Y era su favorita!

'¡Maldición!' susurró. Apretando los dientes, se quitó la diminuta prenda por encima de la cabeza y se quedó balanceándose en la cocina, vistiendo solo una minifalda roja y tacones de cinco pulgadas. El cabello rubio teñido de Brenda rodeaba su rostro como una cortina indomable.

Ella parpadeó alrededor de la sala de estar, luego se tambaleó hacia el pasillo, dejando su vaso vacío en la encimera. Era hora de revisar a sus hijas. Había llegado temprano a casa, pero de todos modos deberían estar dormidas.

Acercándose a la habitación de las niñas, Brenda se detuvo en seco al escuchar voces desde detrás de la puerta. ¿Todavía despiertas? Frunciendo el ceño, tomó la perilla y la abrió con cuidado, sin querer asustar a sus hijas. Miró dentro y se quedó inmóvil, completamente sorprendida.

Resumir
Brenda Simmons llegó a su apartamento ebria y de mal humor, solo para descubrir a sus hijas, de 9 y 12 años, teniendo relaciones sexuales entre ellas. A pesar de su sorpresa inicial, Brenda se sintió atraída por la escena, ya que ella misma disfrutaba del sexo con mujeres. A pesar de sus problemas financieros y su estilo de vida caótico, Brenda se vio envuelta en una mezcla de emociones al presenciar la intimidad de sus hijas. Aunque inicialmente se sintió culpable y preocupada, las palabras cariñosas de sus hijas la reconfortaron, y Brenda se vio envuelta en una situación confusa y emocionalmente cargada.